Hoy salimos de Huancayo bien temprano. Se nos unió Roberto Mendoza, un periodista mexicano que es editor de la revista Rally Car México. Viajamos por caminos muy intrincados, lleno de curvas y contra curvas de baja, media y alta velocidad. Si no fuera que la ruta de ripio estaba en una montaña, se hubiese disfrutado de otra manera. Al menos yo… que era el que veía el precipicio “ahí”.
Por suerte Gianni la tiene clara, aunque después confesó que con el ABS de la Grand Cherokee se le complicó un par de veces… Nos quedamos a ver los autos en un lugar muy pintoresco que estaba a 4.400 metros de altura. Tuve la oportunidad de hablar con gente de la zona, que está “media olvidada” como dicen ellos.
Están a 200 kilómetros de Huancayo, que es la metrópoli más cercana. Viven de la agricultura, pero apenas les alcanza para comer. Me dijeron que les vendría bien que asfalten todo el recorrido, porque con la ruta precaria que hay se sienten marginados. Son muy respetuosos y amables. Fue lindo conocerlos.
Tuvimos que esperar a que terminaran de pasar todos los autos para seguir viaje hacia Ayacucho. Así que estuvimos como seis horas tocando las nubes. Por suerte, el resto del camino fue prácticamente en bajada y ahora el efecto de la altura no se siente.
Estamos muertos de cansancio. No desayunamos nada porque no era aconsejable por la altura y almorzamos unas galletitas que compramos en Pampas, un pequeño poblado. Ya estamos en el hotel de Ayacucho. Ni bien termine de escribir, me voy a cenar. Mañana es día de descanso. ¡Por suerte!
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